20 de abril de 2015

La mina San Cristobal, el mounstruo que absorbe la vida en el altiplano Boliviano

La mina San Cristobal es una de las mas grandes del mundo en reservas de Plata. Es una mina explotada actualmente por la empresa transnacional japonesa Sumitomo Corporation, que supuestamente compró el 65% de acciones de la empresa anterior dueña, la transnacional Apex Silver a 122,5 millones de dolares, cuando supuestamente esta empresa ya habia invertido en el país hasta 1999 (350 millones de dolares) y hasta 2005 (725 millones de dolares). Cualquiera se daria cuenta que hay "gato encerrado" y que esos precios no son reales.

Esta empresa transnacional es una de las pocas en Bolvia que nunca se ha visto inmerso en intentos de nacionalización por parte del Gobierno, ni involucrado con el discurso de la recuperación de los recursos naturales del pais, pese a que opera en una de las reservas mas grandes del mundo de Plata. ¿Qué beneficios da esta empresa al pais?. El impacto ambiental de esta empresa es inimaginable para un ciudadano, porque quien de nosotros puede dimensionar cuanto es de 40 mil a 50 mil metros cubicos de agua por dia. Pues esa es la cantidad de agua que esta empresa usa, de las reservas de agua dulce en capas subterraneas del Altiplano.

El recurso más preciado en zonas áridas es el agua, tan necesaria para el sustento de la humanidad y la preservación del medio ambiente. Este recurso está siendo acaparado por una empresa minera que no cuenta con medidas de mitigación de impacto ambiental, esta empresa se beneficia a costa del agua de las comunidades vecinas al centro minero dejándolos sin este líquido elemento. “Minando el agua: la mina San Cristóbal, Bolivia” es el resultado de la consultaría que realizó el especialista hidrogeólogo Robert Moran a la Empresa Minera San Cristóbal (EMSC). Este documento fue publicado en diciembre del año pasado, donde se presenta una serie de observaciones a las actividades de la empresa minera, entre las más preocupantes se destaca el uso excesivo de agua para su producción.

Según el informe se calcula que la Empresa Minera San Cristóbal extrae diariamente entre 42.000 a 50.000 metros cúbicos de aguas subterráneas, la tasa de recarga de los centros acuíferos es casi nula agotando este recurso; por lo tanto, no se puede considerar una explotación sustentable, la explotación afecta a los ojos de agua y manantiales cercanos a la empresa minera. Las principales fuentes de provisión de agua de la EMSC son recursos acuíferos semi profundos con una profundidad mayor a 100 metros. “un acuífero es un depósito de aguas subterráneas, el acuífero puede ser recargable ya sea por las lluvias que se infiltran o pueden ser aislados o fósiles, es decir que fueron llenados en tiempos pasados y que no recibieron hace mucho tiempo aguas adicionales” informó Jorge Molina, investigador del Instituto de Hidráulica e Hidrología de la UMSA, quien alertó que se está agotando este recurso a un ritmo acelerado y esta situación continuará durante el tiempo de explotación de la mina.

Sobre este punto, Carlos Crespo, Coordinador del Centro de Estudios Superiores Universitarios de la Universidad Mayor de San Simón (CESU-UMSS), manifestó que la razón para acelerar el tiempo de la explotación de minerales se debe a que el agua se está agotando en la zona y la capacidad de reposición es muy baja. “no hay una forma natural de reponer estas aguas que se están extrayendo y esto es grave porque se afectará al ecosistema en el mediano plazo según reporta Moran” El agua de la superficie está interconectada mediante filtraciones con aguas subterráneas, de continuar con el bombeo de aguas subterráneas se corre el peligro de secar el agua superficial dejando sin este recurso a la población que se dedica a la producción agropecuaria y agrícola, “Varias fuentes del entorno a la concesión ya desaparecieron, entonces esto es una evidencia importante que ha identificado el estudio” resaltó Carlos Crespo.

Por otra parte el informe detalla que los datos históricos sobre la calidad del agua que maneja la EMSC son cuestionables, carecen de una síntesis, son muy difíciles de interpretarlos y evaluarlos. La información empleada para realizar el Estudio de Impactos Ambientales (EIA), realizada por la consultora Knight Piésold datan de hace diez años y muchos de estos impactos carecen de relevancia si se los compara con lo que pasa ahora con las instalaciones de la EMSC, Crespo acotó que no se están haciendo los monitoreos de los pozos y diques de cola adecuadamente, “La empresa tiene que producir una información sistematizada, tomando en cuenta el proceso de operación de tres años de la empresa” Uno de los problemas que identificó el estudio es que no se tiene inventariado el número de vertientes que existían antes del inicio de la explotación de la EMSC, “el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) no realizó un buen inventario de las fuentes, de tal manera que no se puede evaluar ahora y hacer una comparación de las fuentes afectadas por la actividad de la empresa” denunció Crespo al momento de advertir que la empresa minera argumenta que la insuficiencia de agua en la zona se debe a las consecuencias del cambio climático.

Según Jorge Molina las comunidades afectadas reciben agua de sectores alejados, la empresa se hace cargo de ello, pero el temor aumentará cuando la empresa cese en sus funciones y hasta la fecha no se especifica quien o quienes se encargaran de la provisión de agua a las comunidades afectadas. Consultado sobre la posibilidad de emplear el uso sustentable de agua en las minas, Molina afirmó que es posible esta figura pero se encuentra muchos inconvenientes en el Código Minero que no especifica la cantidad de agua que pueden utilizar, por lo tanto el uso de agua en estas actividades esta a libre disposición, dándoles prioridad a las emperezas mineras. “El uso sustentable de un recurso subterráneo es no usar más agua que la recarga natural del acuífero, en el caso de San Cristóbal, según sus propios estudios se está usando cinco a diez veces la recarga, probablemente sea más”. Molina informó que en otros países se exige la creación de un fondo de previsión, una especie de seguro para cubrir la recuperación de impactos posteriores al cierre de la mina. En el caso boliviano no existe esta disposición. Entre las sugerencias de Moran argumenta la necesidad de crear un grupo independiente técnica y financieramente de la EMSC para que recolecte información sobre volúmenes disponibles de agua (subterránea y superficial) así también para generar información confiable sobre la calidad de sus aguas. Desarrollar una red extensa de monitoreo de pozos para determinar la disminución real de agua. Animar al gobierno a desarrollar regulaciones para que se opongan límites a la extracción de de suelos y aguas superficiales.

Estos estudios de casos de grandes proyectos mineros son útiles para identificar los problemas para luego corregirlos a la brevedad posible. En criterio de Crespo se necesita una reconsideración de la política pública minera. “La minería es contraria a la agricultura, por tanto al mundo campesino indígena. Si queremos promover una sociedad basada en la producción y en la seguridad alimentaria, hay que reconsiderar el tema minero”. Robert Moran realizó el trabajo de consultoría a raíz de un pedido del municipio de Colcha K quien financió el estudio con el apoyo de la Federación Regional Única de los Trabajadores Campesinos del Altiplano Sud (FRUTCAS).

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